Nostalgia, es una palabra que
viene a veces pequeña para el sentimiento que en realidad sientes, siempre
escribo sobre cosas que me pasaron de pequeño, pero son recuerdo, nada más,
pero si los unes son una vida entera. La verdad, lo que más echo de menos es la
sensación de ilusión ante todo, algo que nunca hubiera visto, o sentido. Es una de las ventajas de ser niño, de un día
para otro puedes descubrir algo nuevo y los días suelen ser distintos, haces
nuevos amigos, descubres nuevos objetos, nuevos sabores, nuevas sensaciones,
todo un abanico de cosas que ya de adulto lo ves tan… típico, que ni si quieras
lo piensas o miras dos veces. De adulto es todo tan monótono, las cosas no te
ilusionan tanto, por no decir nada, y ya sabes el final de los cuentos, las
cosas son tan repetitivas y predecibles que a veces sabes cómo va a desarrollarse
un día, por no decir una semana entera, o incluso meses. Siempre estas a la
espera de eso que te hace ilusionarte, aunque hay que decir que de mayor casi
todo lo que tiene que ver con la ilusión (nuevo) va unido descaradamente con un
desembolso de dinero, ponen precio a tu felicidad, pero lo peor es que somos
tan idiotas que lo aceptamos así.
Lo que más me gustaba cuando era
pequeño era el olor a libro (o cómic) nuevo, ese olor a tinta, a papel, como plastificado,
pero sensación de folio normal, ese crujido al abrirlo cuando eran libros de
tapa dura, esa dificultad para mantenerlo abierto, que se cerraba solo, como si
no quisieras descubrieras sus secretos… esa decepción en algunos de ellos
cuando no te gustaban, pero aun así, ya habías sentido casi toda la emoción que
podrían brindarte simplemente porque, sin estar escrito tu nombre, sabias que
era de tu propiedad.
Es curioso que esa sensación de
mayor sea tan… insignificante, ya no tienes esa euforia al tener algo nuevo,
pero lo que más me sorprende es que esos libros, que tenias abandonados en tu estantería
y que te aburrían ya de tanto leer, te despierten una sensación única de ilusión
mezclada con esa nostalgia, haciendo que esa receta, te haga sentir algo superior
a todo lo nuevo que tengas. No solo hay libros, hay canciones, melodías,
sabores, imágenes o incluso personas que te hacen sentir esa sensación sin ni
si quiera desearlo.
Me parece tan absurdo a veces
cuando la gente reniega de las cosas pasadas (aunque luego colecciones cosas de
esa época), sinceramente creo que me lo pasaría mil veces más divertido jugando
al escondite en un parque que viendo una película en la tele, pero claro está,
son cosas de “críos”, porque crecer tiene un precio y es ese, no poder volver a
ilusionarnos con lo que de pequeños lo hacía, y si es así, no poder decírselo a
nadie. Es imposible describir las sensaciones con palabras, pero hay cosas, que
sin ser sentimientos, la representan perfectamente.
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