Como la mayoría
de las entradas hasta el momento, hablo de mi vida pasada, pero esta vez
voy a hablaros de una cosa que nos paso a mi primo y a mí. Éramos inseparables
y unos auténticos trastos, no sé cómo nos aguantaban nuestros padres la verdad…
pero bueno, eso también deja anécdotas “graciosas” para contar a nuestros…
hijos o sobrinos… La elegida, como no podía ser otra, una de las trastadas más grandes
y recordada no solo por nosotros, sino por nuestros padres, LA PAPELERA.
Todo empezó
una mañana, que teníamos 11 años, se fueron nuestros padres a algún recado e
iban a tardar toda la tarde. Aburridos, ya que no nos dejaban salir de la casa,
nos pusimos a hacer trastadas, una de la más absurda se me ocurrió a mí (si la
culpa de todo fue mía), encender cerrillas, ¿Por qué? La verdad no me acuerdo,
pero si me acuerdo que empezamos a encender y luego la echábamos a un folio. La
encendíamos y la manteníamos el máximo tiempo encendida en los dedos, y cuando
no podíamos más, la soplábamos, “apagándose” en el aire. No era un juego, básicamente
porque no la encendíamos a la vez, así que, era más lo que hacia el
aburrimiento. Encendimos creo yo que… 2 cajas o más, y cuando nos aburrimos de
hacer el tonto, enrollamos el folio, lo tiramos a la papelera y nos fuimos a
ver la tele. Me acuerdo que nos dio hambre y nos pusimos a comer unos yogures,
uno cada uno, estilo batido (agitas y con una pajita te lo tomas). La casa seguía
con mucho humo, nosotros lo achacábamos a que seguramente estaba aun el humo de
las cerrillas que habíamos encendido antes, y pasábamos. Al rato, no sé porque se me ocurrió ir a la
cocina, con los yogures en la mano, ya “terminados”, cuando de repente vi que
la papelera de la cocina estaba ardiendo, pero no una llamilla… ARDIENDO, que
llegaba el fuego más alto que yo en aquel entonces. ¿Mi reacción? Gritar, “dios
la papelera!!”, y con los nervios tire los yogures hacia delante, un consejo,
si te los tomas con pajita, no se quedan del todo vacios, pues la nevera entera de yogur, mi primo al oírme
salió corriendo donde estaba, al ver el
fuego… nos miramos y sin decir nada, salimos corriendo a intentar apagarlo, cogió
el cubo de fregar el suelo y yo el del patio y a correr, llenábamos los cubos
por donde podíamos en el aseo (imagínate llenarlo en el grifo del lavabo) y corriendo
a la cocina.
Cuando conseguimos apagarlo, no se con cuantos viajes, no sentamos
a ver esa… tapa de una boca de alcantarilla más que un cubo, pero bueno, nos
quedamos ahí mirándolo y cansados, cuando de repente vimos que empezó de nuevo
a arder, pufff…menos mal que estaba el cacharro del agua del perro cerca, mi
primo se abalanzo sobre el y lo apago con eso, porque no podíamos dar ni un
viaje más. ¿Panorama? Pues… una pared hasta el techo negra, un cable de la lavadora
quemado, la ropa que estaba al lado ahumada (con olor no solo a quemado, sino a
la basura y al plástico, pero menos mal que no ardió), el suelo encharcado… y ahí
estábamos los dos sin saber qué hacer.
No se nos ocurría
nada, cuando apareció mi hermana y mi otro primo en mi casa, (al ser el mayor
si lo dejaban salir), así que aprovechamos y los mandamos a ellos dos a por una
papelera igual o similar, mientras nosotros intentábamos limpiar la pared y
bueno el estropicio en general…
¿Lo conseguimos? Que va, mis padres
aparecieron antes de que ellos vinieran y nos pillaron limpiando la pared, no
nos mataron… porque dios no quiso, y al rato apareció mi hermana con un bolsón de
chuches, que se habían comprado con mi dinero para el cubo. Al final un mes sin
agua, es decir, sin piscina ni playa (en verano jode más de lo que parece) y
las dos ostias que me metió mi padre, que me acuerdo que mi primo se estaba
descojonando, llego mi tío y se unió a la fiesta de las tortas. Bueno… Ahora me
rio…
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